miércoles, 13 de abril de 2016

La chica del paraguas rojo

Ella sonreía nerviosa mientras corría a saltitos pequeños hacia el lugar de encuentro. Llegaba tarde.

 Él la esperaba bajo la lluvia, tenía una mirada triste.

El día lluvioso y gris presagiaba lo peor que iba a pasar. Los dos sabían que era la despedida. Era la crónica de una muerte anunciada. No sabían como encajarla. ¿Saludarse? ¿Dos besos? ¿Un abrazo?

En el momento que se vieron de frente se saludaron en bajito y evitaron mirarse a la cara.

Si ya sabían que iba a ser la última vez por qué no se sonrieron más, por qué se dieron un abrazo por última vez de esos que curan, de los que duran minutos que parecen horas, días, meses...de los que reconfortan, por qué no se agarraron de la mano, un día prometieron no soltarse, en cambio ni se rozaron, sin querer varios roces les llevaron a pedirse perdón, perdón por tocarse, ¿Cómo habían llegado a eso?

Turbación, incomodidad, falsas sonrisas, algo había cambiado entre ellos, en cuestión de días la distancia se había convertido en una brecha gigastesca que ninguno de los dos estaba dispuesto a unir, por miedo, por falta de interés, por temor a que esa brecha pudiera hacerse aún más grande...

Sólo sé que pasaron de quererse mucho a no quererse nada en cuestión de días, de minutos, de segundos... todo lo que tenían se esfumó sin motivo.

Su mirada dejó de brillar, su sonrisa dejó de ilusionarle y sus manos dejaron de transmitirle calor.

Llovía, sus lágrimas se mezclaban con la lluvia, el rimmel corría mejillas abajo, eran incapaces de sujetar el paraguas para abrigarse, temblaban en silencio, estaban llegando al final del camino, ese que los juntó con una sonrisa, dos besos y un abrazo y que ahora loss separaba en silencio, con lágrimas y sin ilusión.

Fue el camino de vuelta a casa más largo de sus vidas.

El paraguas rojo se cerró, miraron al cielo y se dijeron adiós en bajito.

Si un día el destino o la casualidad los cruza espero que ella tenga la suficiente valentía de mirar hacía delante sonreír y pensar: me recuerdas a alguien que un día quise, pero no lo suficiente.

lunes, 28 de marzo de 2016

El miedo

A mi lo que me gusta del miedo es que me deja sin respiración, me aprieta la garganta fuerte y me deja sin aire, me estrangula, me ahoga. El miedo.
Por primera vez en años estoy dispuesta a plantarle cara, darle un manotazo y volver a coger aire mientras me aprieta, me revolveré, pero esta vez no me ahogará. 
Esta vez, no.

viernes, 4 de diciembre de 2015

Y dos años más tarde..

2 años más tarde sigo sin buscar culpables, digo que estoy molesta, enfadada, que nunca debió haber pasado, que nunca...meh. Ojalá estuvieras aquí ahora mismo.

La culpa es de Adele, siempre, llega con ese "Hello" que te revuelve el alma justo en la fecha en la que "nos conocimos" y te pasas 4 minutos y 56 segundos rumiando el "hello from the other side" de marras.

En nuestra historia no sonaba Adele, sonaba Birdy, a la cual NO puedo escuchar sin llorar como una magdalena. Me has hecho odiar canciones, sitios, ¿Sabes que no voy al obradoiro?, no sin ti, incluso situaciones...

¿Sabes? Siempre pensé que eras demasiado bueno para mi, que idiota era y soy, porque a veces aún me recuerdo que si no funcionó fue porque he sido demasiado clara contigo. Aunque siempre es mi culpa. Siempre.

A veces miro el móvil y digo, ¿y si llama y me pide perdón? ¿Y si me manda un whatsapp?

Te busco en el facebook, te veo sonreír, siempre de medio lado, con esa sonrisa medio triste y canalla que tenías, digo, joder, lo que daría por tomarnos un café y que me cuentes como te va todo.

Preguntarte si has conocido a alguien a quien manejar a tu antojo, a quien hacer reír, con quien compartir manta y palomitas de mantequilla mientras veis un clásico, alguien a quien regalarle paraguas rojos, alguien a quien joderle la vida desapareciendo de un día para otro tras haberle dado todo...

Diciembre, diciembre, ojalá se borrara del calendario, dos años ya, dos años en los que me has conseguido que no confíe en nadie, que no deje entrar a nadie, que se me hiele el corazón..dos años.

Si te tuviera delante otra vez durante 5 minutos no te reprocharía que te fueras sin despedirte, no te pediría explicaciones, no, te abrazaría muy fuerte. Así de idiota soy, perdono, aunque no olvido.

He decidido que este diciembre es el último que te echaré de menos. Es mi único propósito para el 2016, hacer que el próximo diciembre no recuerde ni tu nombre. Y lo conseguiré.

jueves, 13 de agosto de 2015

Alejandra, conocida como santa paciencia

Toda mi vida he delegado en los demás mis decisiones, sin querer o simplemente por no querer decidir, hasta AHORA. 

ME HE HARTADO DE AGUANTAR QUE OTROS DECIDAN POR MI. 

Quizás es tarde, pero nunca es tarde si la dicha es buena.

Recuerdo cuando era pequeña, nunca me dejaban elegir la ropa que me ponía, mi señora madre a la que adoro y le debo mi exquisito gusto por la ropa de marca, se encargaba de todo. Hasta hace no mucho ella mandaba en mi armario, luego me rebelé y tuve esa época grunge y depresiva que todos tenemos una vez en la vida (a Dios gracias no hay fotos de esa época).
En los estudios, siempre me inculcaron que debía ser medico o sanitaria, decidí estudiar enfermería, pero por suerte o desgracia la nota no me alcanzó y me quedé pelín descolgada, entonces mis padres (otra vez) decidieron mandarme a estudiar a Madrid, ay señor, de aquella llevaba 3 años con mi novio de la infancia/padre de mis hijos/déjalo ir que peso me saqué de encima.  Mi querido novio no quería qiue me fuera a estudiar fuera y asentí, me planté en casa y dije que no iba a estudiar enfermería, tras el brutal revuelo que hubo en casa decidí enfadar más a mis padres y estudiar derecho. Si, todo lo contrario, siempre he sido una rebelde.

Escuché de boca de mi novio, de mis padre, de mi familia que NO podría con la carrera, JAJAJAJAJAJAJAJAJA, 7 años más tarde y un máster más tarde para no perder un año con una sola asignatura me presenté en casa con dos diplomas y un corte de manga. ¿Qué no iba a que?

El máster de RRHH, otra decisión tomada sin mi, quería estudiar en Garrigues, mi obsesión por trabajar allí no tiene limites, juro que daría un brazo, una pierna y mi alma por ser abogada allí, así que la mejor opción era entrar desde abajo, pero ay, el máster se impartía en Madrid y mis padres decidieron por mi que mejor que lo estudiara más cerca. Claro, más cerca.

Acabé estudiando en Coruña, trabajando en Repsol, cogiendo una depresión y el resto ya lo sabéis.

Hace tiempo que me ronda la idea de ser mi propia jefa, la dueña del cortijo, de mi cortijo, pero un día llega una carta, cuyo logo conocerías con los ojos cerrados, el corazón te palpita y dices, ahora sí, esta vez si, pero otra vez vuelven a tomar decisiones por ti, otra vez.

Y que queréis que os diga, VOY A HACER LO QUE ME SALGA DE LOS COJONES. (perdonad el lenguaje pero estoy enfadada!).

Llevo meses saturada por todo lo que me rodea, trabajo, amistades, tú, quiero/necesito/exijo mi espacio, me he hartado de dar explicaciones, de estar en guerras que no me incumben, de recibir capturas de pantalla con mira lo que ha dicho, mira lo que ha hecho o de tener que explicar por que cojones me gustan los cuentos. Pues porque si, coño, dejadme vivir en paz.

Mi paciencia es casi infinita pero me habéis desbordado entre todos. Pido respeto y que me dejéis en paz una temporada. YA. Quiero equivocarme sola. Ya me he cansado de que la gente decida por mi, NUNCA MAIS,




jueves, 26 de febrero de 2015

La gente y las tiritas

Desde que era pequeña era aficionada a los chats, a conocer gente por internet, viví la época de quedar los domingos con las amiguis e ir al "ciber", en vez de al cine, ¿por qué nos gustaba conocer detrás de una pantalla? Era mucho más fácil fingir quien no eres, yo era siempre, guapa, delgada, morena y bajita, si, bajita, mi metro ochenta me ha producido casi tantos traumas como el tamaño de mi cadera.

Como la que tuvo retuvo a día de hoy sigo usando las redes sociales para echarme unas risas y de paso hacer miles de cosas, comentar gran hermano, la peli del domingo, el último disco de Ana Torroja, hacerle campaña a mi jefe, buscar trabajo, conocer gente....

Amigos, aquí el error más garrafal que he cometido en 29 años de vida (en breve 30!), pese a que
me dije a mi misma que no iba a caer más en esas mierdas pues de esto  que un día te encuentras baja de moral, sin peinar, gorda e hinchada a chocolate y decides reabrir aquella pagina que juraste y perjuraste que nunca más.

Un saludo, una sonrisa, un que tal y empezáis a hablar, te sorprende que queden chicos educados en el mundo que a la vez sean guapos, altos, listos, cultos y de cerca. Sospechad pequeñas, los hombres así no existen, tras apenas 15 minutos en la pagina te entra la cordura y recuerdas porque estas soltera y porque la habías cerrado.

Te despides y ese chico, te pide el numero, ¿por que no?, si nunca escriben, es como los que conoces en los bares, yo soy de las que da mal el numero, el chico del 685 me odia, muchísimo, lo sé y algún día nos conoceremos, lo prometo. Te compensaré que aguantes a mis ligues alcohólicos al día siguiente. Sin embargo el subconsciente me traicionó y le di el bueno, el de verdad y tachán, escribió.

He de reconocer que el chico era majo, muy majo, pero la sombra del vasco es alargada y NO ME FÍO NI DE MI MISMA, así que intentas poner distancia, pero esa persona no te deja marcharte, ¿por que? ¿Que quieres de mi?  Yo soy de hechos, no de palabras, las palabras a través de una pantalla son la cosa más falsa que existe, lo sé, lo sabe y lo sabemos.

Tengo muy presentes las maletas a medio hacer por viajes cancelados en el último momento, cancelaciones de billetes, mentiras y una misteriosa desaparición. No, no, no, no.

Posiblemente sea un chico encantador, pero hay gente que es como las tiritas, hay que arrancarla sin pensar. Dicen que así duele menos. Dicen.

domingo, 25 de enero de 2015

Casualidades

Tras llevar todo un día de compras aguantando a mi señora madre sólo quería llegar a casa, calzarme unos tacones e irme de fiesta a ahogar mis males en Absolut con tónica.

Eran las 22.04, rezaba porque nos echaran de una vez del Corte Inglés y justo cuando la arrastraba hacia las escaleras mecánicas pasó.

Te vi, me viste.

Trague saliva, ibas con una chica y un chico, no me detuve a mirar, el corazón me latía desbocado,

¿Cuantos años hacia que no nos veíamos? 4 o 5 tranquilamente, 4 o 5 años desde que me diste un beso en la frente, nos miramos llenos de lagrimas y decidimos que era mejor dejarlo estar, porque los chicos como tú no estaban con chicas como yo.


Es imposible no acordarme de esos ojos verdes que tanta ilusión y tantas sonrisas me dieron durante aquel maravilloso año de mi vida, sin ir más lejos cada día al acostarme sonrío pensando en ti pues la compañera de piso que me regalaste, aquella ENORME (e incomoda) Hello Kitty está encima de mi casa, guardando mis sueños y haciéndole compañía a "churriña".

Durante ese segundo en que nuestros ojos se cruzaron ayer me pasó nuestra historia como en un película, como nos conocimos, las churrascadas, las noches de verano, los copazos, las cenas, joder, ¿te acuerdas de cuando cerraste aquel restaurante sólo para que cenáramos solos?, los paseos interminable en coche, la cantidad de sitios bonitos que conocí contigo, tus bromas, la frustración, la despedida, tus sonrisas pero sobre todo me acordé de porque me enamoré de esos ojos verdes.

Yo me puse muy nerviosa, tú me mirabas como preguntándome si era yo, si, era la churriña, Te respondí con un melenazo cual Pantoja propio de mis nervios, mis inseguridades y mi ataque de ansiedad del momento,

Durante el trayecto a mi casa me plantee escribirte un whatsapp, decirte que era yo, que me alegraba de verte, que podíamos tomar un café, ponernos al día, abrazarnos, volver a sonreírnos, escribí y reescribí el mensaje medio millón de veces, el nudo en la garganta me decía que hiciera eso, mi estomago decía que lo dejara estar y a la altura de Rois tomé una decisión.

Borré los mensajes escritos y fui a la agenda, te busqué, respiré hondo y borré tu numero.
 No, no me lo sé de memoria.
Es mejor dejar las cosas como están.

Que sepas que me he alegrado de verte.

lunes, 5 de enero de 2015

Alineando chakras

Bienvenidos al mejor momento de mi vida.

No suelo marcarme propósitos de año nuevo porque no los cumplo, este año lo he empezado poniendo en orden mi vida, que gusto, aclarar oscuridades. Cartas encima de la mesa y sonrisa puesta.

Este 2015 debería ser un punto de inflexión en mi vida, señores, cumplo 30 años. 30 años.

Tengo poca salud, trabajo no remunerado y nulo amor, pero TODAS las mañanas me levanto con una sonrisa y con unas ganas de vivir, disfrutar, aprender, tropezar, caer, remendar, volver a empezar increíbles.

La vida es corta, vivir es increíble y si tienes al lado a quien te la haga fácil es mucho mas simple. En otra punta de España, en la puerta de al lado, en la capital de España, en el fin del mundo. Mi circulo hace que mi día a día sea más llevadero y tú, tú haces que tenga esa vitalidad que creía muerta.

Luchar, luchar, luchar. ¿Hemos llegado hasta aquí? Construyamos el puto sueño que tenemos en mente. Los 30 son nuestro mejor momento, mi mejor momento, a por ello.

He empezado el año riendo y prometo acabarlo riendo, es el único "no propósito" que tengo para este año.

SER FELIZ.

Y lo dicho, bienvenidos al mejor momento de mi vida, si pasáis y os quedáis, ayudarme a decorar el salón.